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Fístula anal trombosada
Hemorroides, fístulas, abscesos y fisuras anales
Descripción
Hemorroides: Ocurren debido al hacinamiento de las venas en la zona anal. Suelen aparecer después de estreñimiento o diarrea.
Fisura anal: herida que suele producirse durante periodos de estreñimiento. La fisura hace que el esfínter anal se contraiga continuamente, impidiendo que cicatrice.
Fístula y absceso perianal: una infección se produce debido a un bloqueo de las glándulas anales (absceso perianal). Esta infección busca áreas de menor presión para salir y crea varias vías (fístulas) de supuración crónica. La enfermedad de Crohn también provoca en ocasiones fístulas perianales complejas.
Síntomas
Hemorroides:
- bultos anales, dolor y sangrado (generalmente al defecar).
Fisura anal:
- Dolor anal muy intenso que aumenta con las deposiciones y el sangrado anal.
Absceso perianal:
- fiebre, bultos en la zona del ano y del recto y dolor.
Fístula:
- punto cercano al ano donde hay supuración continua.
Tratamiento
Fístula anal trombosada
Dependiendo de la gravedad, el tratamiento puede ser médico, con ungüentos que ayuden a la cicatrización y medicación en los casos más leves, o quirúrgico en los casos más graves, o sin tratamiento médico.
La cirugía en la región perineal suele ser de rutina y generalmente requiere al menos una noche de estadía en el hospital para controlar el dolor del paciente.
Hemorroides: eliminación de haces de hemorroides.
Fisura anal: se corta parte del esfínter anal (esfinterotomía lateral interna) para que la herida pueda cicatrizar a través de esta relajación (fisura). Absceso perianal: por lo general, se someterá a una cirugía urgente y el tratamiento consiste en un drenaje quirúrgico (extracción de pus y secreciones sanguíneas).
Una fístula anal se genera de las glándulas anales, localizadas entre las dos capas de los esfínteres anales y que drenan al canal anal. Si la salida de las glándulas anales resultare bloqueada, se forma un absceso, el cual, eventualmente, protruye a la superficie de la piel perianal. El drenaje de los abscesos anorrectales resulta en la curación de un 50% de los pacientes. El 50% restante desarrollará una fístula anal. La fístula, por lo general, se origina de una cripta infectada, es decir, la apertura interna del absceso y se dirige en dirección opuesta, la apertura externa de la fístula. A menudo se puede predecir el curso de una fístula por las características del absceso que le antecedió.
Si la fístula es sellada y resultase infectada, se acumula pus en su interior, haciendo que reaparezca un absceso, repitiendo el proceso.