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Que hacer cuando tienes fístula anal
Cómo curar y cerrar una fístula anal
Una fístula es un tubo que conecta el canal anal con la piel. Su origen suele radicar en la infección de unas glándulas que se ubican en la línea dentaria, la zona donde termina el recto y comienza el canal anal. Si padece los dolores y hemorragias típicos de esta afección, este artículo será de su interés. Encontrará información sobre las causas de su enfermedad y los métodos para deshacerse de ella de forma permanente.
¿Cómo se desarrollan las fístulas anales?
Una fístula anal casi siempre es el resultado de un absceso perianal previo, una infección aguda de una pequeña glándula en el ano. Esta infección es causada por bacterias y objetos extraños que logran invadir el tejido glandular.
La mayoría de las veces, la infección es espontánea, aunque en ocasiones se asocia con enfermedades inflamatorias del intestino como la enfermedad de Crohn o la diverticulitis. La fístula es el tubo o pequeño túnel que conecta la glándula anal infectada con la piel de las nalgas que rodea el ano, conocida como línea dental.
Debido a que es un trastorno anorrectal, el malestar causado por las fístulas anales generalmente se alivia con medicamentos que también se usan para tratar las hemorroides.
Tipos de fístulas y formas de curarlas.
Se han identificado dos tipos de fístulas, simples y complejas, y la forma de tratarlas depende de si el trayecto de la fístula atraviesa más o menos o afecta los músculos del ano (esfínteres internos y externos):
Fístulas simples
Afectan a los músculos del esfínter en menor medida y se eliminan mediante una técnica llamada «aplanamiento». Este procedimiento quirúrgico es el más común y consiste en cortar por la mitad el tejido por donde pasa la fístula para ayudar a que sane más rápidamente.
Fístulas complejas
Hay canales mucho más profundos que tienen una fuerte influencia en los músculos del ano. Suelen ser fístulas que han sido operadas previamente y se han reproducido o están asociadas a otras enfermedades inflamatorias intestinales.
Por su complejidad, este tipo de fístula requiere el uso de técnicas más sofisticadas que preserven la musculatura anal y sus funciones y eviten una posible incontinencia fecal tras la cirugía. Para ello, también se puede recurrir a opciones terapéuticas, como:
- En este método se crea lo que se conoce como «colgajo», una porción de piel sana que se reserva para tapar la abertura o herida que queda después de que se retira la fístula.
- Pegamento biológico.
- Yeso de sustancia medicinal.
- Láser de diodo, muy eficaz en tejidos blandos y mucosas.
¿Cómo es la recuperación tras la operación?
Durante la primera semana después de la cirugía, el malestar suele ser leve o moderado, pero es necesario quedarse en casa hasta que se complete la recuperación.
Para ayudar al proceso de curación, a menudo se recomiendan los siguientes remedios:
- Tome un baño de cadera tres o cuatro veces al día.
- Suaviza las heces con laxantes osmóticos como Emportal.
- Use detergentes sin jabón y toallitas sin alcohol para mantener el área adecuadamente higiénica.
- Mantén el nivel correcto de hidratación en la mucosa anal con tratamientos hidratantes como Film Olio.
- Cubra la herida con una gasa o una compresa para recoger las secreciones.
¿Se pueden prevenir las fístulas?
La mejor forma de prevenir que se produzcan fístulas anales y evitar la cirugía es realizar ciertos cambios en nuestro estilo de vida:
- Consuma una dieta balanceada agregando fibra, vegetales de hojas verdes, frutas y carnes magras. Fortalecerás tu sistema digestivo y evitarás el estreñimiento (el peor enemigo de la fístula).
- Bebe más agua, al menos un litro y medio al día. Limpian el colon más fácilmente y evitan que se obstruya.
- Consuma alimentos ricos en omega 3, omega 6 y vitamina C, como pescado, aceite de oliva y frutas cítricas. Fortalecen el sistema inmunológico y ayudan a su cuerpo a reducir la inflamación asociada con la fístula.
- Haga ejercicio moderado con regularidad, duerma bien, mantenga una higiene adecuada y adopte malos hábitos como fumar.
Cuando cicatrizan adecuadamente, las fístulas se cierran y, por lo general, no vuelven a aparecer. Es muy importante que sigas las recomendaciones del especialista para prevenir los abscesos y la recurrencia de este doloroso y molesto trastorno.