La fisura anal aguda parece lágrimas nuevas, como un corte de papel. Las fisuras anales crónicas pueden tener desgarros más profundos y pueden tener crecimientos carnosos internos o externos. Si la grieta dura más de ocho semanas, se considera una grieta crónica.
Las fisuras anales son pequeños cortes o desgarros de tejido ubicados en el ano y el canal anal, llamados ánodos. Durante y después de la defecación, este corte de la piel puede causar dolor intenso y algo de sangrado. La glándula del ánodo no tiene glándulas y es muy sensible debido a la gran cantidad de nervios sensoriales (esto explica por qué la fisura anal es tan dolorosa).
Las fisuras anales son pequeñas fisuras en el tejido delgado y húmedo (mucosa) alrededor del ano. Las fisuras anales pueden ocurrir cuando se evacuan heces grandes y duras. Las fisuras anales a menudo causan dolor y sangrado durante la defecación. También puede sentir calambres en el anillo muscular (esfínter anal) al final del ano.
Las fisuras anales son heridas que aparecen en el canal anal y pueden penetrar el esfínter interno. Hombres y mujeres entre 30 y 50 años ocurren con la misma frecuencia, aunque la excepción ocurre en los niños.
Las heridas suelen ubicarse en la parte posterior del ano, y menos en la parte delantera (12 y 6 según la manecilla de las horas), porque son zonas más erosionadas al pasar las heces, sobre todo en el estreñimiento.
Las fisuras anales consisten en un desgarro parcial o ruptura del tejido alrededor del orificio externo del sistema digestivo que llamamos ano. El tejido alrededor del ano es tejido mucoso, que es mucho más débil que la piel que lo rodea, es rojo o morado y se rompe fácilmente.